Por decisión y elección
Con el estreno de “Tres tigres nada tristes” en 1995 comienza a andar nuestro grupo. Desde entonces, recorrimos más de 80 localidades del país convencidos de que las plazas, las escuelas, y otros lugares cotidianos, pueden transformarse en espacios de reflexión, opinión, poesía, juego y fantasía.Visitamos 6 países de América, contando historias que tienen que ver con nuestras realidades y sueños, tratando siempre de aprender y crecer; integrando la actuación, la música, los títeres, la murga, la poesía, y elementos de la identidad cultural de este rincón del sur.Creyendo en el trabajo colectivo y la organización horizontal, generando talleres en barrios y encontrándonos con otros grupos del país y de América, nacieron hasta la fecha 12 obras presentadas ante públicos de todas las edades, reinventando con ellos de manera única e irrepetible la fiesta y el encuentro mágico del teatro…Concebimos al teatro como un arte que refleja y/o transforma la realidad. En él confluyen distintos lenguajes artísticos (música, plástica, danza), que se integran a través del actor, el texto, el espacio, el ritmo y la puesta en escena. El hecho teatral creando así un canal de expresión y comunicación.
Basamos nuestro trabajo en la Creación Colectiva, un proceso dinámico que se va transformando y modificando de acuerdo a las necesidades del grupo y sus etapas de desarrollo. Esta elección nos permite trabajar desde nuestras realidades, problemáticas, sueños, historia; comprometiéndonos con ellas y transformándolas en hechos artísticos que reconocen su naturaleza social.Por eso buscamos con “Tres Tigres Teatro” mantener un trabajo teatral apoyado en temáticas e historias relacionadas con la realidad de la gente y lugares donde vivimos.Porque creemos importante buscar, encontrar, reconocer y renovar nuestra realidad e identidad, y como parte de ellas las formas de nuestro teatro. Por eso elegimos crear y desarrollar nuestras propuestas para “espacios no convecionales”, para estar en contacto con todos los públicos, sobre todo con aquellos que no tienen acceso al teatro.
A usted que está ahí
Concebimos el teatro inevitablemente unido a su realidad y su tiempo. En nuestro trabajo artístico nos impulsa una búsqueda estética; pero sobretodo, nos mueve una apuesta política que es la que nos cuestiona a cada paso realizado. ¿Para qué hacer arte? ¿Para quién hacer teatro?En nuestra actividad artística no existe un ustedes el público separado de un nosotros los artistas. Cada obra, cada tema elegido, cada recurso, cada frase está pensada y concebida en un “nosotros inclusivo ”, comunitario, donde podamos entrar todos a compartir y celebrar el encuentro mágico del teatro. Por eso, cuando elegimos trabajar “para todo público”, no pensamos en una clasificación estandart, sino en una invitación de brazos abiertos a esto que sentimos como una fiesta. Pero con esto no nos basta. ¿De qué sirve nuestro arte cuando ese “nosotros inclusivo ” se queda entre los mismos de siempre? Entonces, dicidimos alzar nuestras cosas y llevar nuestro arte a cuestas. Llevarlo donde está la gente y si es necesario, tomarlos por asalto en una plaza, inmiscuirnos en sus cosas, meternos en sus clubes, en sus parques, en la feria, en el barrio, entre los vecinos, en la ronda de mate para construir un espacio compartido. Un espacio abierto integrador, en donde nadie se quede afuera, un espacio compartido, habitado y recreado para contar historias, cantar canciones y/o disfrutar del arte milenario de los títeres. Un espacio donde la interacción entre actores y público construyen ese momento único e irrepetible.Y cuando comienza la función, la magia de la comunicación y el encuentro logran encender la “fiesta” que el teatro genera. Un espacio en donde la historia que se cuenta van resignificándose, tomando identidad y modismos del lugar y sus pobladores, buscando identificar e identificarse con la gente, con el espacio y su idiosincrasia. Un espacio creado para el goce, la risa, el entretenimiento pero también para la reflexión de las cosas que nos pasan, que nos pasaron y que nos pueden pasar. Al terminar la función el espacio volverá a tomar la forma de plaza, de patio, de escuela o de canchita de fútbol donde los niños se juntan a jugar, pero este momento quedará en el recuerdo, en la memoria individual y colectiva de la gente.También presentamos nuestras obras en teatros y salas a la manera convencional, en escenarios con telón y bambalinas, pero estamos convencidos de que nuestra necesidad y razón está por fuera de los camarines y las luces. Celebrando el hecho único e irrepetible del teatro. Porque la oportunidad de compartir el hecho artístico, no tiene ni puede ser único e irrepetible de algunas personas.Así pensamos nuestro teatro, nuestro arte, nuestro trabajo.
Una flor nacida de un basural
“Tres tigres nada tristes”, estrenada en 1995 fue nuestro primer trabajo como grupo. La obra intentaba reflejar un aspecto de la crisis social que vivía en aquel año la provincia de Córdoba. Los personajes repasaban su historia común, buceando en sus miedos y vivencias, como piso concreto desde donde (en ese momento de incertidumbre general) encontrar un camino por donde seguir. Un amigo mexicano, conocedor de la realidad de nuestro país, después de ver la obra en su estreno nos dijo: “Esto es una flor nacida en medio de un basural”. Concebimos nuestro trabajo en un estrecho vinculado con la realidad de la cual somos parte. Desde allí construimos, creamos y planteamos propuestas estéticas, poéticas y artísticas que nos permiten el encuentro con otros donde celebrarnos como sujetos a la vez que reflexionar sobre lo que nos pasa.
El trío todavía no definía un nombre y a nuestro paso por distintos Encuentros y Festivales (Santa Fe, Montevideo, Paraguay) los mismos compañeros comenzaron a llamarnos “los tres tigres”. Así fue como finalmente, y otra vez fruto del encuentro con amigos, logramos nuestro nombre “Tres Tigres Teatro”.Con muchos de esos compañeros nos seguimos encontrando porque compartimos no sólo la convicción de un teatro y un arte para todos y en todos lados, sino también la certeza de que en cada intercambio aprendemos y crecemos, reviviendo el ritual del teatro, la fiesta del encuentro con la gente.
A través de estos años de labor ininterrumpida, firmes en nuestra convicción de que el teatro debe andar las calles para estar en los lugares donde esta la gente y no esperar a que la gente vaya a golpearle la puerta, hemos viajado constantemente por nuestra provincia y nuestro país.
Hemos participado de más de 60 festivales y encuentros; recorrimos más de 64 localidades de la provincia y otras 28 localidades de 9 provincias diferentes. Nuestras historias han recorrido escenarios de seis países de América. Llevamos el teatro a cuestas articulando con distintos actores sociales (escuelas, ONG, gremios, departamentos oficiales, y otros grupos independientes) promoviendo el derecho al arte y fomentando la constitución de nuevos espectadores.
