Cada pueblo y cada país, en esta América Latina de mil colores y dolores, guarda miles de historias. Exquisitamente únicas en su cotidianidad y filosamente similares en sus pinceladas de realidad compartida. Andar con nuestro teatro a cuestas nos permite el encuentro con esa gente que protagoniza día a día gestas heroicas en su porfía de trabajo y vuelos mágicos en la alegría con que luchan sus vidas. Nuestro teatro hurga y busca en esos aires tan sencillos como ciertos la poesía con que pintar nuevos colores. Por eso ponemos mucho esfuerzo en viajar, tanto dentro de nuestra provincia y país, como también a países hermanos. En esas charlas con amigos de antaño, compañeros temporales y vecinos espontáneos fluyen las historias que arrastramos de lejos, pero también nuestras valijas se llenan de futuras historias por contarse.En este compartir culturas diferentes, donde vivir y respirar la cotidianidad de cada pueblo es de donde se alimenta y enriquece nuestro trabajo y junto a él nosotros mismos.
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